sábado, 4 de mayo de 2013

Fenotipo, Generotipo y Erotipo

 
Desde nuestro punto de vista la identidad de género humano es una construcción que implica la interacción entre factores biológicos, culturales e hitóricos y que no es una manifestación meramente biológica ni una copia mimética de los modelos ni constructos sociales que elabora la cultura. Se desarrolla según un proceso de diferenciación o identidad de género que comienza antes del nacimiento y que está sometido a cambios permanentes.

En el sentido biológico, las adaptaciones geográficas que a través del tiempo fueron formando estas características que generan los distintos fenotipos humanos actuales no únicamente salen a relucir mediante grandes periodos de tiempo, sino que además, en una menor escala, también ocurren de manera individual en relación al mapa de tipo de vida que llevemos, no solo física sino también mentalmente, y esto pasa luego a ser exteriorizado e impregnado en nuestra fisonomía.
Considerando lo social (que comprende lo cultural, lo histórico, etc.) como uno de los factores  que contribuyen a la construcción del género, Fernando Barragán Medero profesor de la Universidad de Laguna de España nos presenta el siguiente ejemplo:       «En una experiencia de formación con profesoras de educación infantil se les presentó la fotografía de una persona de pocos meses, pidiéndoles que trataran de identificar su sexo y que la describieran. "Sus respuestas ponían de manifiesto un "curioso desacuerdo general".
En ningún grupo de trabajo había unanimidad. Mientras unas sostenían que se trataba indudablemente de una niña, y para ello utilizaban todo tipo de argumentos, otras sostenían justamente la idea contraria, apoyándose en los mismos argumentos que habían servido para considerar que era una niña, o bien en unos pocos argumentos diferentes.
Las que defendían que era una niña se apoyaban en argumentos como: "No sé por qué, pero es una niña. Estoy segura". Los rasgos físicos: "Está gordita". "Lleva un lazo atado a uno de los brazos y los lazos así se colocan a las niñas". "La postura física en la que aparece en la fotografía es de niña (una pierna aparece ligeramente doblada y apoyada sobre la otra)". "La posición adoptada es de niña porque está muy tranquila".
Las que defendían que era un niño sostenían: "Es que tiene cara de niño. Estoy segura". "La complexión general del cuerpo es de niño". "Los rasgos faciales corresponden a un niño". "Se ve fuerte y gordito". "La mirada es de niño, sin duda alguna". "Se está tocando sus genitales, y eso es más frecuente en los niños".
El ejemplo demuestra cómo las personas hacemos uso de un conjunto de creencias, actitudes, normas y valores que conforman nuestra concepción del mundo social a través del conocimiento de nosotros y nosotras mismas, los demás, las relaciones interpersonales y las instituciones. Se trata en definitiva de una explicación estereotipada del mundo social por la que definimos a una niña como "tranquila" o a un niño porque "se está tocando los genitales". Clasificamos a las personas en función del género de forma arbitraria y convencional.»        (La construcción del sistema sexo género: del Conocimiento cotidiano al conocimiento Científico, Fernando Barragán Medero, 1994, pp. 2-3). Es de esta manera que define al género como un constructo social que es afectado por muchas variables de claro contenido cultura que son traspasadas a través de  del tiempo tomando una connotación histórica.
 
En la cuestión de un Generotipo, se ve clara la separación ideológica que ha de formar al hombre y a la mujer más allá de las características biológicas,  al hombre se le impone la identidad de hombre y a la mujer la identidad de mujer, siendo lo primero lo considerado como real y lo segundo lo imaginario.
Los seres humanos como individuos, tenemos la necesidad de generar valores, no solo a nosotros mismo sino que además generar significancias hacia otros, y una urgencia de designar e idear jerarquías en el mismo proceso, a pesar de este impulso de autosignificarse, las identidades nunca ocurre de manera individual, siempre es en relación al otro.
Las construcciones sociales relacionadas a la atracción sexual, el cómo se construye las convenciones de cómo debe darse el enamoramiento o formas de vestir para atraer al sexo opuesto por ejemplo, y la visión “normal” de que estas acciones deben ir dirigidas de un sexo a otro, entiéndase lo determinado como mujer-hombre o viceversa son las que definen el erotipo.

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