En la salida a jirón de la unión pudimos
observar distintos estilos de vestir, reconocimos los estereotipos del buen
vestir y comparemos con aquellos que la oferta comercial ofrece a los
consumidores. En primera, absolutamente nadie observado por esta zona tenía un
atuendo similar al de las vitrinas de las tiendas de ropa. Había si, prendas en
común, accesorios y hasta zapatos, pero un atuendo tal cual como el de los maniquíes
en muestra no.
Los jeans, polos holgados,
zapatillas, casacas con capucha, eran las prendas más comunes entre hombres y
mujeres, en distintos modelos de acuerdo a lo convencional para el género. En el
caso de los jean, en las mujeres era más común verlos ajustados o entallados, y
en los hombres más rectos y sueltos; sin embargo también los habían que usaban
entallados.
En el caso de las mujeres y el uso predominante de los jeans apretados, y el uso de leggings que además de apretados son mucho más delgados y permiten dejar ver la figura de manera mucho más notoria. Esta estilización que ocurre al usarlos además, en colores oscuros, permite generar una silueta más delgada a la vista, este deseo de estilización, sospecho, proviene de legados dejados por modelos como Kate Moss que construyeron el cuadro canónico de la delgadez como figura de atracción sexual en el caso femenino, posiblemente porque lo femenino se debería asociar a la fragilidad y este a su vez, trae consigo un reflejo de debilidad, reforzando la pertenencia del hombre como verdadero poseedor del poder
En el caso de las mujeres y el uso predominante de los jeans apretados, y el uso de leggings que además de apretados son mucho más delgados y permiten dejar ver la figura de manera mucho más notoria. Esta estilización que ocurre al usarlos además, en colores oscuros, permite generar una silueta más delgada a la vista, este deseo de estilización, sospecho, proviene de legados dejados por modelos como Kate Moss que construyeron el cuadro canónico de la delgadez como figura de atracción sexual en el caso femenino, posiblemente porque lo femenino se debería asociar a la fragilidad y este a su vez, trae consigo un reflejo de debilidad, reforzando la pertenencia del hombre como verdadero poseedor del poder
Un gran porcentaje de las personas
que transitaban por el jirón tenían ropas formales y de vestir, muy probablemente
por motivos laborales, la zona está muy cercana a instituciones del gobierno y
bancos. De igual forma, las personas jóvenes en su mayoría llevaban mochilas,
es posible que sean estudiantes. Por los atuendos podías hacer suposiciones
cercanas a la ocupación de las personas.
En el caso turístico, en Plaza de Armas, lo que
indudablemente no falta a la vista son turistas, de diversas edades pero en
particular señores mayores de edad, usualmente en parejas, posiblemente si se
ha de intuir, ancianos ya retirados que por cierto son el gran público a los
que las grandes agencias turísticas estadounidenses tratan de dirigirse, creando
el relato en la publicidad de el sueño de la aventura turística, una aventura
que en realidad esta fríamente calculada, y pensado metódicamente para maximizar
el deseo de la travesía que no es la de recorrer los caminos del inca sino la
de escapar u ocultar la pulsión de muerte.

Algo curioso, era el caso de las ofertas para los atuendos de las madres (por las fechas cercanas a su día). Comenzando con el estereotipo que nos venden con los maniquíes, y en general el estereotipo de mujer que venden no va acorde con la mujer peruana, mucho menos con la madre peruana. Luego yendo a la ropa, los conjuntos que mostraban las vitrinas, era poco creíble pensar que las mamás en nuestro país (al menos las que conforman la mayoría) pudieran usar estos atuendos, de hecho es poco probable que haya las tallas para ellas. Esto indica que el mercado va hacia un tipo de sector social y cultural.

Algo curioso, era el caso de las ofertas para los atuendos de las madres (por las fechas cercanas a su día). Comenzando con el estereotipo que nos venden con los maniquíes, y en general el estereotipo de mujer que venden no va acorde con la mujer peruana, mucho menos con la madre peruana. Luego yendo a la ropa, los conjuntos que mostraban las vitrinas, era poco creíble pensar que las mamás en nuestro país (al menos las que conforman la mayoría) pudieran usar estos atuendos, de hecho es poco probable que haya las tallas para ellas. Esto indica que el mercado va hacia un tipo de sector social y cultural.

Los maniquíes también eran diferentes dependiendo a género y el tipo de tienda, los maniquíes masculinos solo eran los cuerpos en sí, sin rostro o algunos sin cabeza. En el caso del maniquí mujer tenía rostro y las posiciones del cuerpo eran más estáticas y rígidas en las tiendas por departamento como Saga o Ripley. En las galerías donde los precios y atuendos iban más para un sector social medio a bajo, los maniquíes tenían posturas más dinámicas y sugerentes.

Los colores, en las tiendas como saga y Ripley, los colores son más sobrios, o pasteles. En las galerías hay predominancia de los colores más encendidos y saturados.

Los maniquís se manifiestan como tótems de adoración, su propia ubicación por encima del nivel humano, se asemeja al relato del Sr. Muñoz y su admiración por la estatuaría de su niñez, solo que en este caso estando a favor del mercado, estos instalan a través de sus rostros inexpresivos y fríos, signos de grandeza avivando el deseo por la diferencia, y relacionando este deseo con la tendencia que lleva puesta, las cuales aparecen en realidad listas para el público, listas para el consumo, te generan el deseo y luego te lo dan.

En el caso de los hombres, existe una distinción peculiar en los pantalones, hay un sector de jóvenes que usan jeans con abundantes bolsillos, y estos mismos bolsillos varían de uno al otro su diseño de distintos tamaños y formas, en el caso de la parte superior habían el clásico cuello redondo, polos con cuellos y camisas de manga cortas con diseños de franjas, y de manera ocasional alguien con alguna camiseta de un equipo de futbol, ya sea local o del exterior, como un signo de identificación de determinado equipo deportivo.
Las personas
tenían un estilo de vestir muy estándar, no pudimos observar algo que marcara
una diferencia, esto puede llevar a una idea de homogenizar al consumidor. Paradójicamente
uno piensa que al elegir sus prendas de vestir tiene un estilo propio, sin embargo
que tanto de esas prendas tiene de nosotros? , en realidad no es que la elijamos,
es que nos la imponen como moda y lo que debe usarse por ahora. En nuestro caso
es más visible esto, ya que las tendencias vienen de los países que tiene todo
el poder comercial. Un caso particular el que comentó el profesor Carlos en
clase sobre el uso de los jeans. Esta prenda es demasiado fría o caliente dependiendo
de la estación, sea de un modo u otro es molestoso usarla la mayoría de veces,
su uso es casi absurdo. En otras palabras, solemos maximizar la utilidad de la prenda y nuestras decisiones de compra se basan en su
mayoría en una jerarquía de gustos y preferencias que parecen emerger de forma
autónoma a cualquier condicionamiento del entorno social, como en la publicidad.
En este sentido vemos que el consumo es un proceso más que
todo sociocultural, y no tanto tiene que ver con el ejercicio de gustos
individuales, por lo menos en nuestra sociedad peruana.















